(Reseña de cada uno y descarga)
Hoy en Laberintos del Tiempo les traigo una selección de los 200 Mejores Libros de la Literatura Universal. En buena lógica, resumir la creación literaria del ser humano a lo largo de miles de años en 200 libros es muy difícil. Tanto que, probablemente, cada lector podría hacer su propia lista y ésta -siendo igual de acertada- presentaría variantes respecto a otras. Porque en el aprecio de una novela, de un poema o de una pieza dramática hay siempre tintes subjetivos.
No obstante, encontramos una serie de libros cuya calidad es unánimemente aceptada. Además, y en este sentido, ordenarlos numéricamente no significa que los primeros sean mejores que los que van detrás. Dicho de otra forma, no quiere decir que el situado en el número uno sea la mejor obra literaria de la Historia puesto que, en esa elección, sí que interviene fundamentalmente la subjetividad. El hecho de que los ordenemos numéricamente responde a la intención de estructurar mejor nuestra lista.
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Cuenta la historia de una familia a lo largo de varias generaciones. En su caso, se trata de los Buendía pero no pertenecen al mundo real sino al ficticio pueblo de Macondo, un lugar mítico que es fiel exponente del llamado Realismo Mágico propio de la narrativa hispanoamericana. El escritor uruguayo Mario Benedetti calificó en 1972 a Cien años de soledad como «una empresa que en su mero planteo parece algo imposible y que sin embargo en su realización es sencillamente una obra maestra», afirmando que Macondo hasta antes de esta obra era una imagen de Colombia, pero después de ella se transformó en América Latina. Por su parte, el escritor chileno y ganador del premio Nobel de Literatura Pablo Neruda llamó a esta obra «El Quijote de nuestro tiempo».
Sin duda, una de las mayores creaciones literarias de todos los tiempos es la magna obra de Miguel de Cervantes Saavedra (Alcalá de Henares, 1547-1616). Como sucede con la anterior, es muy difícil resumirla en unas pocas líneas y mucho más hablar de las distintas interpretaciones que pueden dársele. Nos conformaremos con señalar la intención de su autor, que no era otra que parodiar los libros de caballerías a través de la figura de Alonso Quijano, quien se vuelve loco leyéndolos y, como caballero andante, sale a recorrer los caminos y “desfacer entuertos” acompañado de su fiel escudero Sancho Panza.
Una de las grandes creaciones de Fiódor Dostoievski (Moscú, 1821-1881), constituye, al mismo tiempo, una reflexión sobre el ser humano como individuo y como criatura social. El protagonista, Rodión Raskólnikov, es un intelectual que piensa hay dos tipos de personas: las comunes, que son mayoría, y las superiores, destinadas a cambiar el mundo y que pueden permitirse transgredir las normas legales e incluso las morales. Considerándose a sí mimo perteneciente a éste segundo tipo, mata a una anciana usurera, más como higiene social por considerarla nociva para los demás que por robarle. Sin embargo, los remordimientos no le dejarán vivir en paz.
Escrita por el francés Gustave Flaubert (Rouen, 1821-1880), es una denuncia de la insatisfacción vital. La heroína, Emma Bovary es una mujer infelizmente casada que alberga sueños románticos. Busca entonces en otros hombres un amor ideal que no encuentra. Tanta calidad tiene la trama como el cuidado estilo del autor, quien hubo de afrontar un proceso por escándalo público.
Publicada por James Joyce (Dublín, 1882-1941), es considerada una de las grandes novelas del siglo XX. A grandes rasgos, narra un día en la vida de Leopold Bloom. Pero lo realmente importante de la obra se halla, más que en el argumento, en la forma, pues el autor introduce todo tipo de audacias estilísticas: abundante presencia del monólogo interior, mezcla de géneros narrativos y de usos lingüísticos, magistral utilización de la parodia (se la ha interpretado como tal de la ‘Odisea’ de Homero) o una estructura caótica.
Obra de otro de los grandes renovadores de la novela en el siglo XX, el norteamericano William Faulkner (New Albany, 1897-1962). A través de la degenerada familia Compson, muestra la decadencia del “profundo sur” de Estados Unidos. Igualmente destacan en ella las audacias formales, entre las que destaca la ruptura de la continuidad temporal, con constante saltos atrás y adelante.
En este caso, no se trata de una novela sino de un tratado sobre las cualidades del político escrito por Nicolás Maquiavelo (Florencia, 1469-1527), uno de los hombres más poderosos del Renacimiento italiano. Precisamente en esta obra expone las ideas que marcaron su conducta, algunas tan polémicas que su autor ha dado lugar al adjetivo “maquiavélico” para señalar al político conspirador e intrigante.
Novela de ciencia ficción del británico Aldous Huxley (Godalming, 1894-1963) que se inscribe en el subtipo de “distopía” visionaria, ya que muestra lúcidamente una futura sociedad humana en la que, tras un barniz de aparente libertad, todas las acciones del Hombre están controladas por el poder. Los niños son creados en probetas y, desde ese momento, se decide a qué grupo van a pertenecer y, en consecuencia, cómo será su vida. Se trata, en suma, de una pesimista visión del futuro.
No debemos olvidarnos de los orígenes de la literatura occidental. En consecuencia, podríamos citar aquí tanto este poema como la ‘Odisea’, ambos atribuidos al griego Homero. Poco podemos decir de él, puesto que en su biografía se confunden lo legendario y lo real. la opinión mayoritaria señala que vivió en el siglo VIII antes de Jesucristo y que era un vate ciego que estaba en contacto con la nobleza. Si bien creó otras composiciones, la ‘Ilíada’, sobre la Guerra de Troya, y la ‘Odisea’, que cuenta el regreso del héroe Ulises y sus hombres a Ítaca, son sus principales obras.
Pasamos ahora a la literatura romana para mencionar el magno poema de Virgilio (Mantua, 70-19 antes de Cristo). Escrito para glorificar el Imperio por encargo de Augusto, se convirtió en una de las grandes creaciones literarias de la Antigüedad. Cuenta la historia de Eneas desde su huida de Troya hasta su asentamiento en la Península Itálica donde fundará la estirpe romana.
Volvemos a la edad contemporánea para hablar de esta magnífica obra de Ramón María del Valle-Inclán (Villanueva de Arosa, 1866-1936). Narra, a modo de memorias, la vida del ficticio marqués de Bradomín, “un don Juan feo, católico y sentimental”. Consta de cuatro partes: ‘Sonata de otoño’, ‘de estío’, ‘de primavera’ y ‘de invierno’, cada una de las cuales se centra en una etapa de la biografía del aventurero protagonista, y está escrita con una prosa exuberante y bellísima de indiscutible raigambre modernista. Mucho y muy bueno escribió Valle pero, sin duda, esta obra figura entre lo mejor de su producción.
Libro de relatos del italiano Giovanni Boccaccio (¿Certaldo?, 1313-1375). Escrito a finales de la Edad Media, ya responde sin embargo a la concepción renacentista del Hombre como centro del Universo. Los cuentos se enmarcan en una excusa narrativa: huyendo de la peste que asola Florencia, un grupo de jóvenes se reúnen a las afueras de la ciudad y, para entretener su ocio, se cuentan historias. Éstas son mayoritariamente profanas y abundan las de tono erótico.
Un nuevo salto en el tiempo para citar esta magnífica novela del norteamericano John Steinbeck (Salinas, California, 1902-1968). Ambientada en el contexto de la Crisis de 1929, narra la peripecia de la familia Joad, campesinos expulsados de sus tierras en Oklahoma y obligados a emigrar a California, donde se necesitaba mano de obra jornalera. Constituye un canto a la justicia social y a la dignidad humana.
Como ocurre con otros autores, no será la única obra que mencionemos de William Shakespeare (Stratford-upon-Avon, 1564-1616). El rey de Dinamarca ha sido asesinado por Claudio, su hermano, para así sucederle en el trono. Poco después, el fantasma del monarca se aparece a su hijo, Hamlet, y pide venganza. Tras muchas peripecias y varias tramas secundarias, el dubitativo protagonista se lanza a ejecutar su justicia. Si, precisamente, la venganza es el tema principal de la obra, no debemos menospreciar otros como el ansia de poder, el amor, el honor o la muerte.
Una curiosa novela si tenemos en cuenta que fue publicada en el “Siglo de las Luces” (1726) cuando imperaba el Racionalismo y nada de éste hay en la obra. Claro que, si peculiar es el libro, no menos lo fue su autor, Jonathan Swift (Dublín, 1667-1745): clérigo, astrónomo aficionado, azote de adivinos e impenitente satírico. Su gran novela puede leerse como un libro de aventuras juveniles pero es mucho más que eso. Narra las sucesivas e increíbles visitas del cirujano y marino Lemuel Gulliver a un país de hombres diminutos (Lilliput), a uno de gigantes (Brobdingnag) y a otro donde gobiernan caballos inteligentes que han sometido a los seres humanos, mucho menos capaces. En consecuencia, se trata de una demoledora sátira de la sociedad.
Si de criticar la conducta humana a través de la fantasía hablamos, es imprescindible mencionar esta novela del norteamericano Kurt Vonnegut (Indianápolis, 1922-2007). Trasunto del autor es su protagonista, Bill Pilgrim, soldado en la Segunda Guerra Mundial apresado por los alemanes que cuenta su experiencia bélica y también como entró en contacto con los “trafalmadorianos”, seres superdotados de otro planeta. Todo ello para transmitir un mensaje de profundo antibelicismo.
Fue la quinta novela de la británica Virginia Woolf (Londres, 1882-1941). Al modo de Marcel Proust, la obra toma como excusa las visitas de la familia Ramsay a la isla de Skye para jugar con el tiempo, introducir reflexiones filosóficas y, sobre todo, ahondar en la psicología de los protagonistas. Así, temas de la novela son el proceso de creación artística, el paso del tiempo o el papel de la mujer en la sociedad de la época. La ausencia de acción y el propio estilo de su autora la convierte en una obra densa pero magistral.
Novela epistolar de Johann Wolfgang von Goethe (Frankfurt, 1749-1832) publicada en 1774 que constituye uno de los hitos con los cuales da inicio el Romanticismo. A través de las cartas dirigidas a su amigo Guillermo, el protagonista va revelando su temperamento sensible y sus desengaños sentimentales. Tal fue la popularidad que adquirió la obra entre la juventud de la época que se incrementaron enormemente los suicidios y, en algunos sitios, fue prohibida por considerar que incitaba a ello.
Uno de los grandes dramas de Lope de Vega (Madrid, 1562-1635) y, en líneas generales, del Siglo de Oro español. A través de un triángulo formado por el Comendador, Laurencia y Frondoso, critica al poder absoluto y tiránico y defiende el derecho del pueblo a sublevarse contra él. Claro que, en pleno siglo XVII, Lope sólo se permitió criticar a un feudalismo caduco mientras que el Rey ejercería un papel mediador y justo.
Si antes aludíamos a Marcel Proust (Auteuil, 1871-1922), inevitable es incluir aquí su monumental obra compuesta por siete partes que, realmente, pueden leerse por separado. Porque como sucedía con ‘Al faro’, la trama es casi inexistente. Lo realmente destacado es el estilo: a través de largos párrafos, Proust va evocando recuerdos, sensaciones y experiencias del protagonista que no es otro que él mismo. La prosa es magistral y la obra ha quedado como un auténtico monumento literario.
Este libro del norteamericano Walt Whitman (West Hills, Nueva York, 1819-1892) resulta ser, más que un poemario, la obra de toda una vida, ya que su autor pasó la suya añadiéndole composiciones y retocando las ya existentes. Si tenemos en cuenta la época en que fue escrito, presenta una absoluta modernidad, ya que toca temas como la exaltación de la Naturaleza y del propio cuerpo humano. No obstante, se trata de un libro misceláneo en el que, lo mismo cabe una elegía a Abraham Lincoln que una exaltación de lo oriental en ‘Paso hacia la India’. No menos moderna es la versificación.
Uno de los volúmenes de cuentos creados por el argentino Jorge Luis Borges (Buenos Aires, 1899-1986), maestro del relato breve y hombre dotado de vastísima cultura. Los aquí incluidos juegan con lo real y lo ficticio al romper la lógica de las cosas y muestran -como siempre en Borges- una colosal erudición. Buena muestra de ello son el que le da título al libro, ‘El inmortal’, ‘La casa de Asterión’ o ‘El Zahir’.
Magistral novela del vasco Pío Baroja y Nessi (San Sebastián, 1872-1956) que pertenece a su trilogía ‘La raza’ junto a ‘La dama errante’ y ‘La ciudad de la niebla’, si bien puede leerse de forma independiente, ya que su autor agrupaba sus obras de forma un tanto caprichosa. Indudablemente autobiográfica, cuenta una etapa de la vida de Andrés Hurtado, primero como estudiante de Medicina y, más tarde, como profesional de ella. Relato profundamente filosófico, revela influencias de Nietzsche y Schopenhauer por su pesimismo vital y no elude la crítica noventayochista al estado de postración de España.
24. La marcha Radetzky
Obra del austríaco Joseph Roth (Brody, 1894-1939), narra la historia de la familia Trotta a través de cuatro generaciones. No obstante, lo que realmente le interesa al autor es mostrar la decadencia y caída del gigantesco pero frágil Imperio Austro-Húngaro. En este sentido, es probablemente la mejor novela que se haya escrito sobre estos hechos y deja un poso de amargura pues refleja la sensación de falta de patria en que quedó mucha gente tras aquella desmembración.
Magistral novela de León Tolstoi (Yasnaya Poliana, 1828-1910), nos traslada a la época de la invasión napoleónica de Rusia (aproximadamente, 1805-1815)para contarnos la historia de tres familias, a su vez representadas por tres personajes principales: el príncipe Andréi Bolkonsky, culto y descontento con la situación del país; el ocioso conde Pierre Bezújov, amigo del anterior y heredero de una gran fortuna, y la condesa Natasha Rostova, joven bella cuya estirpe atraviesa problemas económicos. Pero, mediante esta trama básica, Tolstoi construye un fresco monumental de la sociedad de su país en aquel tiempo.
Obra del francés Henri Beyle, más conocido por Stendhal (Grenoble, 1783-1842). Ambientada en la época de las invasiones napoleónicas, cuenta la historia del aristócrata italiano Fabrizio del Dongo, un joven al que su familia pretende encumbrar en la política. Combina las aventuras con la sentimentalidad y el reflejo social de aquel tiempo, ahondando con precisión en la psicología de los personajes. Se trata de una magnífica novela a la que su compatriota Balzac calificó como la más relevante de su época.
Novela póstuma de Franz Kafka (Praga, 1883-1924) que se inscribe plenamente en el existencialismo de principios del siglo XX. Un agrimensor llamado Joseph K. es detenido una mañana sin motivo aparente y, desde ese momento, comienza para él una pesadilla judicial y burocrática. Por más que intenta recurrir a distintas instancias, nunca llega a saber de qué se le acusa ni, en consecuencia, cómo defenderse. Así, la obra resulta un retrato de la situación del hombre moderno, un mero número subyugado a la colosal maquinaria del estado y víctima de ella.
Libro del científico ruso-americano Isaac Asimov (Petróvichi, 1920-1992) que inaugura su “Ciclo de Trántor” o ”de las Fundaciones”. Es un conjunto de cinco relatos futuristas sobre la decadencia de un Imperio Galáctico, víctima de su propia soberbia. Tanto este libro en particular como toda la saga en general constituyen una obra de culto dentro de la ciencia ficción.
Novela juvenil del italiano Edmundo de Amicis (Oneglia, 1846-1908) que es considerada un clásico de la Literatura Universal. Escrita en forma de diario del protagonista, narra la vida cotidiana de un niño turinés, Enrique, cuyas experiencias le irán haciendo desarrollarse emocional e intelectualmente. También incluye cuentos entre los que destaca ‘De los Apeninos a los Andes’, la historia del niño Marco que inspiró una famosa serie animada de televisión.
Una de las mejores obras del español Benito Pérez Galdós (Las Palmas, 1843-1920). Su protagonista e hilo conductor es Juanito Santa Cruz, un joven de familia acomodada que se casa con su prima Jacinta al tiempo que mantiene relaciones con Fortunata, una muchacha de clase humilde. Pero esta trama es lo de menos, pues el autor se sirve de ella para presentarnos un colosal fresco de la sociedad madrileña de la Restauración.
Novela del polaco-británico Joseph Conrad (Berdyczów, 1857-1924) fruto de su estancia en el Congo, entonces propiedad del Rey Leopoldo II de Bélgica. Un personaje llamado Marlowe cuenta la expedición que hizo por aquellas tierras en busca de Kurtz, el hombre que representaba a aquel monarca en las explotaciones de marfil. A lo largo de su trayecto y cuando encuentra a éste comprueba que todo vestigio de humanidad ha desaparecido de los territorios congoleños: enfermedades terribles y sobre todo el tratamiento brutal a los indígenas constituyen la vida diaria de los colonos. Así, la obra se convierte en una durísima denuncia del imperialismo europeo en el continente africano pero también es una profunda indagación en los recovecos de la locura.
32. Andrómaca
Cambiamos de época y género para citar esta tragedia de Jean Racine (La Ferté-Milon, 1639-1699), figura destacada del Clasicismo francés. Trata el tema helénico de la suerte de Andrómaca, esposa de Héctor que, tras morir éste a manos de Aquiles durante la Guerra de Troya, es entregada como esclava a Pirro, hijo del guerrero aqueo. Ceñido a las normas expuestas por Boileau en su ‘Arte poético’, se trata de uno de los grandes dramas de las letras francesas.
Un gran clásico de la literatura juvenil escrito por John Ronald Reuel Tolkien (Bloemfontein, Sudáfrica, 1892-1973). Aunque ha sido publicada en tres partes -’La Comunidad del Anillo’, ‘Las dos torres’ y ‘El retorno del Rey’-, fue concebida por su autor como una sola novela. Nos sitúa en la Tierra Media y en una época denominada “Tercera Edad del Sol”. En ella, habitan hobbits, elfos, magos y otros seres mitológicos, además de las fuerzas del Mal. A grandes rasgos, narra las aventuras de Frodo Bolsón y sus amigos en su afán por impedir que el Anillo caiga en poder de Sauron, señor de lo Oscuro.
Largo y extraordinario poema de Dante Alighieri (Florencia, 1265-1321) considerado una de las creaciones literarias que marca el paso del pensamiento medieval (teocéntrico) al renacentista, donde ya se sitúa al ser humano como centro de todas las cosas. Por esta magistral creación, Dante es tenido, además, por fundador del italiano moderno.
La obra más famosa del británico Daniel Defoe (Londres, ¿1660?-1731) cuenta las peripecias de un náufrago que pasa veintisiete años en una isla apartada de la civilización pero no desierta: cuando empieza a acostumbrarse a la soledad, descubre que en ella vive también una tribu. Tras rescatar a un hombre al que ésta tiene prisionero, traba amistad con él y lo bautiza como Viernes. Se trata, por tanto, de una novela de aventuras pero tiene un sentido más profundo: exalta la capacidad del ser humano para adaptarse a situaciones adversas.
Extensa novela del germano Thomas Mann (Lübeck, 1875-1955), quien recibió el Premio Nobel de Literatura en 1929 “principalmente gracias a ella”, según veredicto del jurado. A grandes rasgos, narra la historia de la familia que le da título, prósperos comerciantes de Lübeck, a lo largo de cuatro generaciones al tiempo que refleja el devenir de los estados germánicos hasta convertirse en el Imperio Alemán o II Reich.
Drama del noruego Henrik Ibsen (Skien, 1828-1906), gran renovador del teatro europeo en el siglo XIX. Así mismo, su protagonista, el doctor Stockmann, resulta uno de los personajes más logrados del teatro contemporáneo. Cuando éste descubre que las aguas del balneario del pueblo donde vive están contaminadas, se propone divulgarlo. Pero, como la instalación constituye la principal fuente de ingresos del lugar, toda la población se opone a él considerándolo un traidor.
Novela del ruso Boris Pasternak (Moscú, 1890-1960), también Premio Nobel de Literatura, en su caso, en 1958. Muy popular debido a la extraordinaria versión cinematográfica que de ella hiciera David Lean, cuenta la vida de Yuri Andréyevich Zhivago pero se centra especialmente en sus peripecias durante la Revolución Rusa de 1917 y la subsiguiente Guerra Civil entre bolcheviques y “rusos blancos”. No menos accidentadas que la vida de Zhivago fueron las vicisitudes que atravesó la obra hasta ser publicada en Occidente, pues -según ciertos investigadores- incluso la C.I.A. intervino en ello. En cualquier caso, se trata de una magistral novela.
Probablemente, la mejor novela de un gigante de las letras francesas: Víctor Hugo (Besançon, 1802-1885). Cuenta la historia de Jean Valjean, un hombre encarcelado por robar pan para alimentar a su familia que se redime y, tras enriquecerse de forma honesta, se convierte en benefactor de la sociedad. La obra se presta a distintas interpretaciones pero, quizá, las dos más evidentes sean una defensa de la bondad innata del ser humano y una denuncia de la propia injusticia social, un sistema que margina y condena a la miseria a buena parte de sus integrantes.
Obra del escritor germano Stefan Zweig (Viena, 1881-1942) difícil de encasillar genéricamente pues toma distintos pasajes puntuales de la Historia para ofrecérnoslos precedidos de un prólogo y novelados. Algunos de ellos son: ‘Cicerón. 15 de marzo de 44 antes de Cristo’, ‘La elegía de Marienbad: Goethe entre Karlsbad y Weimar. 5 de septiembre de 1823′ o ‘El tren sellado: Lenin. 9 de abril de 1917′.
Libro del español Federico García Lorca (Fuente Vaqueros, Granada, 1898-1936), integrante de la Generación del Veintisiete. Escrito a raíz de su estancia en la gran ciudad norteamericana, presenta un tono desolado ante la civilización moderna, alienante para el ser humano. En cuanto a la forma, destacan el verso libre y las imágenes visionarias de raigambre surrealista. Algunas composiciones como ‘Danza de la muerte’ o ‘La aurora’ son realmente demoledoras.
Relato del norteamericano Dashiell Hammett (Condado de Saint Mary, Maryland, 1894-1961) que constituye una de las novelas inaugurales del género negro. Es además el primer caso del detective Sam Spade, genial creación del escritor estadounidense. En esta ocasión, toda la trama se centra en torno a una estatuilla que perteneció al Emperador Carlos V y a la que varios grupos de delincuentes siguen la pista.
Del ruso Vladimir Nabokov (San Petersburgo, 1899-1977), cuenta la obsesión sexual del protagonista, un maduro profesor, por una adolescente así llamada. Aunque fue tachada de pornográfica, la obra tiene otros niveles de lectura al margen de la mera fijación erótica del docente. Así, puede entenderse también como crítica a una sociedad excesivamente acomodaticia o como un estudio de la moral y las perversiones.
Novela del venezolano Rómulo Gallegos (Caracas, 1884-1969) considerada uno de los clásicos de las letras hispanoamericanas. Es la historia de una terrateniente sin escrúpulos capaz de aplastar a todo el que se opone a sus designios. Pero, en un sentido más profundo, refleja el conflicto entre civilización y barbarie tan grato a los autores de aquellas latitudes.
Drama del italiano Luigi Pirandello (Agrigento, 1867-1936) de enorme valor tanto por la audacia de sus procedimientos teatrales como por su contenido. Éste es puramente existencialista pues, a través de los personajes de una obra dramática, se centra en la incapacidad del ser humano por adquirir personalidad propia en el mundo moderno. La pieza es considerada uno de los clásicos del teatro del siglo XX.
46. Cuentos
De quien es considerado uno de los mejores autores de relatos breves de la Historia de la Literatura: Antón Chéjov (Taganrog, 1860-1904). Cualquier recopilación de los suyos es, en consecuencia, magnífica. Escribió unos seiscientos, algunos de tan sólo unas pocas líneas y otros, en cambio, que son verdaderas novelas breves. Difíciles de encuadrar en las habituales tendencias en que se clasifica la Literatura, todos ellos no obstante son precisas indagaciones en la psicología del ser humano. Los hay cómicos, costumbristas o dramáticos. Muy complejo es destacar alguno pero podríamos citar ‘La boda’ (más tarde convertido en obra teatral), ‘La sala número seis’, ‘La dama del perrito’ o ‘La condecoración’.
47. Cantar de los Cantares
También conocido como ‘Cantar de Salomón’, forma parte de la ‘Biblia’. Profundamente simbólico, a grandes rasgos trata sobre dos amantes que, obligados a separarse, se buscan ansiosamente. De colosal altura lírica, su influencia en la poesía posterior ha sido enorme.
Magnífica novela de Charles Dickens (Portsmouth, 1812-1870). Autobiográfica, cuenta la vida del niño huérfano Philip Pirrip, conocido por “Pip”, desde su infancia hasta la madurez, ya convertido en todo un caballero. Es, por tanto, un “bildungsroman” o novela de formación y posee ingredientes de la narrativa picaresca, sobre todo porque el protagonista pasa por varios tutores. Fue la última gran novela de Dickens, ya que se publicó en 1861.
49. La conciencia de Zeno
Del escritor transalpino Ítalo Svevo (Trieste, 1861-1928), pseudónimo de Ettore Schmitz. En la línea del ’Ulises’ de Joyce, presenta a un hombre corriente y más bien mendaz como si de un héroe clásico se tratara. El protagonista es Zeno Cosini, mujeriego y fumador empedernido que miente tanto a su mujer como a su psiquiatra y nos cuenta su historia en primera persona. En este sentido, destaca en la obra el magnífico uso del monólogo interior y la influencia del Psicoanálisis. Se trata, en suma, de una obra magistral.
Aunque se ha discutido su autoría, se atribuye a fray Gabriel Téllez, “Tirso de Molina” (Madrid, 1579-1648), uno de los grandes dramaturgos de nuestro Siglo de Oro. Merecería figurar en esta lista aunque sólo fuera porque constituye la primera aparición en libro de uno de los grandes mitos literarios de todos los tiempos: el de don Juan, mil veces recreado después por escritores como Molière, lord Byron, Pushkin y, sobre todo, José Zorrilla. El personaje, que ha dado lugar incluso a ensayos médicos como el de Gregorio Marañón, campea a sus anchas por Sevilla e Italia seduciendo a jóvenes y luego abandonándolas. Hasta que un ser sobrenatural viene a reclamar venganza.
Un gran relato del francés Louis-Ferdinand Céline (Courbevoie, 1894-1961). Ahora que conmemoramos el centenario del estallido de la Primera Guerra Mundial, esta novela es una de las mejores que se han escrito sobre ella. El protagonista es Ferdinand Bardamu, enrolado sin pensarlo mucho en el ejército galo y que termina desertando para iniciar un periplo increíble por distintas partes del mundo, cada una de las cuales sirve al autor para llevar a cabo una crítica demoledora -aunque no exenta de humor- de distintas realidades. Así, la explotación colonial o el racismo en Estados Unidos. Su prosa, extremadamente violenta y basada en el más crudo lenguaje oral fue, además, una innovación para su época.
52. La ciudad y los perros
Del Nobel peruano Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936), es considerado uno de los libros inaugurales del llamado “Boom” de la narrativa hispanoamericana. Nos traslada al Colegio Militar Leoncio Prado, donde un grupo de jóvenes recibe formación castrense pero también son educados para la vida. El eje argumental de la trama es el robo de las preguntas de un examen y las consecuencias que ello acarrea. A lo largo del relato se alternan los narradores e igualmente colectivo podríamos decir que es el protagonismo. Y todo ello para criticar los valores que se inculcan en el ejército.
Novela de Alessandro Manzoni (Milán, 1785-1873) considerada una de las cimas de la Literatura Italiana. Los protagonistas son Renzo y Lucía, una pareja de enamorados que ven obstaculizados sus deseos de contraer matrimonio por los manejos de don Rodrigo, señor del lugar. Se trata de una obra genuinamente romántica.
Del británico William Makepeace Thackeray (Calcuta, 1811-1863), quien, a través de dos heroínas muy diferentes, nos ofrece un retrato de la alta sociedad británica de su tiempo con su clasismo y preocupación por las apariencias. Las protagonistas son Rebecca Sharp, una muchacha de origen humilde pero fuerte carácter que busca el ascenso social, y Amelia Sedley, de familia poderosa aunque pusilánime. A pesar de todo, no puede evitar el autor, que riega la novela con humor e ironía, una mirada conmiserativa hacia la condición humana.
Del español Garcilaso de la Vega (Toledo, ¿1501?-1536), no puede decirse que sea un libro en sentido estricto, sino que unos cuarenta de ellos han sido recopilados junto a sus églogas. Con estas composiciones y junto a Boscán, adaptó la lírica italiana al castellano y constituyen la mejor muestra de poesía renacentista en nuestra lengua. Muchas de ellas son de tono amoroso y van destinadas a la dama de la corte Isabel Freyre.
56. El avaro
Comedia del francés Jean-Baptiste Poquelin, “Molière” (París, 1622-1673), experto en recrear arquetipos humanos. En este caso y a través del anciano Harpagón, lo hace con la clase de personas que vive por y para el dinero. En una etapa tan brillante para la escena gala como el siglo XVII, considerada su época áurea, Molière es el mejor autor de comedias.
57. El gran Gatsby
La novela más conocida del norteamericano Francis Scott Fitzgerald (Saint Paul, Minnesota, 1896-1940) constituye un relato certero de los “felices años veinte” que precedieron a la Gran Depresión. Su protagonista es Jay Gatsby, un millonario de oscuros orígenes que ejemplifica a la perfección la figura del nuevo rico surgido al socaire de la prosperidad económica del momento y, sobre todo, de la Ley Seca.
Ahora que conmemoramos el inicio de la Primera Guerra Mundial, es inevitable citar esta novela del alemán Erich María Remarque (Osnabrück, 1898-1970), uno de los mejores testimonios sobre los horrores de aquel conflicto que se hayan escrito. Su protagonista es Paul Baümer, un muchacho que, tras alistarse como voluntario junto a un grupo de amigos, será trasladado al frente donde vivirá experiencias capaces de transformar a los hombres en bestias.
La gran novela de Leopoldo Alas, “Clarín” (Zamora, 1852-1901) es, como ’Madame Bovary’, un relato sobre el hastío vital. En este caso, la protagonista es Ana Ozores, joven esposa del antiguo Regente de Vetusta, que se debate entre su fidelidad matrimonial y las acometidas de dos personajes bien distintos: Álvaro Mesía, un “don Juan” provinciano, y Fermín de Pas, poderoso magistral de la catedral. Pero, sobre todo, la joven esposa lucha contra la insatisfacción de una vida vacía en una pequeña ciudad cuyos habitantes, de paso, no salen muy bien parados.
Conjunto de relatos del británico Rudyard Kipling (Bombay, 1865-1936), Premio Nobel de Literatura en 1907. Aunque contiene varias historias, la más conocida es la que conforman los primeros cuentos: la historia de Mowgli, el niño perdido en la selva que es criado por una manada de lobos. En suma, se trata de un libro infantil que contiene lecciones morales.
De Herodoto de Halicarnaso (484-425 antes de Cristo), constituye el primer intento de compendiar todo el devenir del mundo antiguo, desde Creso -Rey de Lidia- hasta la época dorada de Atenas bajo el mando de Pericles, pasando por las Guerras Médicas y personajes como Darío el Grande o Jerjes. Su importancia reside precisamente en ello. Aunque su autor se deja llevar por sus simpatías, fue calificado por Cicerón como “el padre de la historiografía”.
Novela en verso del ruso Alexander Pushkin (Moscú, 1799-1837), que viene a ser una suerte de autobiografía idealizada del propio autor. Pero, más que el contenido, interesa la magistral forma poética que le confiere Pushkin, considerado el fundador de la moderna literatura rusa.
63. El extranjero
Del francés Albert Camus (Mondovi, Argelia, 1913-1960), también ganador del Nobel de Literatura en 1957. Su protagonista es el señor Mersault, quien comete un crimen atroz y, tras ser apresado, no muestra ni arrepentimiento ni miedo sino un absoluto escepticismo ante todo. Su apatía ante la misma vida le convierte en perfecto ejemplo del existencialismo posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Poemario del checo Rainer María Rilke (Praga, 1875-1926), así titulado porque comenzó a escribirlo en el castillo de ese nombre, situado en Trieste (Italia). Son diez composiciones sobre temas variados cuyo nexo de unión es el Hombre en todos sus aspectos. La obra es considerada una de las cimas de la lírica del siglo XX.
Breve pero enorme novela de Juan Rulfo (Jalisco, 1917-1986), pues compendia todas las inquietudes de la idiosincrasia mexicana y, en buena medida, universal. A grandes rasgos, cuenta el viaje de Juan Preciado en busca de su padre al fantasmagórico pueblo de Comala, que se nos aparece como un territorio mitológico a la altura del Macondo de García Márquez. En esta obra, vida y muerte aparecen estrechamente entrelazadas y su influencia en el Realismo mágico fue enorme.
66. Orlando furioso
Poema épico del italiano Ludovico Ariosto (Reggio Emilia, 1474-1533) inscrito en el más puro Renacimiento. Narra los amores del caballero Orlando y la bella Angélica enmarcados en las leyendas carolingias y las cruzadas y rodeados por un sin fin de historias secundarias.
67. Bomarzo
Magnífica novela histórica del argentino Manuel Mújica Láinez (Buenos Aires, 1910-1984) escrita con gran virtuosismo. A partir del duque Pier Francesco Orsini, personaje que existió realmente, construye un mosaico del Renacimiento italiano por el que desfilan cortesanos, soldados, artistas y cardenales poderosos. Este aristócrata fue el creador de los jardines cuyo nombre da título a la novela, plagados de figuras fantásticas y monstruosas y que sirven al autor para desarrollar su visión del periodo renacentista y, en sentido más amplio, de la civilización occidental. Además, ‘Bomarzo’ es un magistral ejercicio de estilo.
68. Ensayos
Obra de Michel de Montaigne (Burdeos, 1533-1592) que crea este género literario en sentido moderno. Considerados una cima del humanismo galo e inspirados en figuras de la Antigüedad como Plutarco y Séneca, abarcan los temas más variados, desde la Filosofía hasta la Historia, pasando por la Literatura.
Gran novela de la norteamericana Harper Lee (Monroeville, Alabama, 1926), quien obtuvo el Premio Pulitzer con ella en 1961. Ambientada en los años de la Gran Depresión en un pequeño pueblo de Alabama, la historia es narrada por la niña Scout Finch, quien vive con su padre, Atticus, y su hermano mayor Jem. Al paso que conocemos la vida cotidiana de la localidad y las aventuras de los muchachos, también se nos presenta la problemática social del racismo con el negro Tom Robinson, acusado injustamente de violar a una mujer blanca y que es defendido por Atticus. Inscrita en el llamado “gótico sureño” e indudablemente autobiográfica, es una magnífica novela.
70. Cuentos
De Nikolái Gógol (Soróchintsy, 1809-1852), considerado el fundador del género en las letras rusas. Fueron recogidos en volúmenes como ‘Historias de San Petersburgo’ o ‘Veladas en un caserío de Dikanka’. Dotados de un irónico sentido del humor, algunos como ‘La nariz’ bordea lo surrealista y otros como ‘El capote’ la denuncia social. En cualquier caso, todos son extraordinarios.
Novela anónima publicada en el siglo XVI que funda el género picaresco. Viene a ser la autobiografía de un muchacho que nos cuenta su infancia al servicio de varios amos y cómo -en su creencia- ha ido ascendiendo socialmente hasta llegar a lo que cree “la cima de la prosperidad”. Ésta no es otra cosa que ser pregonero de un pueblo y dejarse engañar por su mujer pero, al menos, comer todos los días. Ha sido atribuida a distintos escritores como Alfonso de Valdés, fray Juan de Ortega, Lope de Rueda e incluso Fernando de Rojas, autor de ‘La Celestina’. Sin embargo, las investigaciones más recientes parecen inclinarse por el poeta y diplomático Diego Hurtado de Mendoza.
Famosísima novela del británico George Orwell (Motihari, 1903-1950), uno de los más lúcidos analistas de la sociedad moderna. Ambientada en una Londres futura que, a su vez, está incluida dentro del gigantesco estado de Oceanía, nos presenta un sistema en el que un Partido Único lo rige todo. Mantiene a los ciudadanos permanentemente vigilados y entretenidos con objeto de que sean incapaces de pensar y, aunque pobres, se mantengan sumisos. ’1984′ acuñó el concepto de “Gran Hermano” y, si bien publicada en 1949, como puede apreciarse es un retrato lúcido de la sociedad actual.
Novela del británico Bram Stoker (Clontarf, 1847-1912) que se encuentra entre los relatos de terror más importantes de la Historia de la Literatura en tanto crea uno de los mitos del género: el vampiro por excelencia. No es la de Drácula la primera aparición de estas criaturas en la narrativa (tal honor corresponde a John William Polidori, secretario de Lord Byron con su relato ‘El vampiro’) pero si es la mejor versión de tales personajes legendarios y, sobre todo, la que más fortuna ha tenido. Stoker lleva al conde Drácula desde las montañas de los Cárpatos hasta el mismo Londres para perpetrar sus orgías de sangre.
74. Gog
Profunda novela del italiano Giovanni Papini (Florencia, 1881-1956) en tanto muestra sus inquietudes existenciales. El protagonista es un millonario que gasta su dinero comprando entrevistas con destacadas personalidades. Pero también es un ser despreciable que encarna todo lo peor de la sociedad moderna.
Obra del austríaco Robert Musil (Klagenfurt, 1880-1942) que constituye otra magnífica muestra del existencialismo de principios del siglo XX. Su protagonista es Ulrich, un matemático de treinta y dos años que decide consagrar doce meses a pensar qué va a hacer con su vida. La acción, con el trasfondo de la sociedad austro-húngara anterior a la Primera Guerra Mundial, es mínima, hasta el punto de que muchas veces no sabemos de qué trata la novela. Pero, en definitiva y como la anterior, es una demoledora crítica del mundo moderno.
76. Las Metamorfosis
Monumental poema en quince libros del latino Publio Ovidio Nasón (Sulmona, 43 antes de Cristo- 17 después de Cristo). Es una composición épica que narra la historia del mundo desde sus orígenes hasta el momento en que Julio César es deificado.
Drama del español Jacinto Benavente (Madrid, 1866-1954), Premio Nobel de Literatura en 1922. Tomando como modelo los personajes de la Comedia del Arte italiana, narra las andanzas de Crispín y Leandro, dos pícaros que hacen creer a los demás que poseen riquezas y así logran convencer al acaudalado Polichinela de que permita la boda de su hija con el segundo de ellos. El rico descubre el engaño pero no puede evitar el casamiento ya que con él ganan todos sus vecinos, quienes así cobrarán las deudas contraídas por los pillos. La obra es una crítica al mundo de las apariencias en que se desenvuelve la sociedad.
Extenso poema narrativo de José Hernández (San Martín, 1834-1886) considerado no sólo la mejor muestra de literatura gauchesca sino el libro nacional de Argentina. Cuenta las vicisitudes que debe atravesar el personaje que da título a la obra, un gaucho apegado a sus costumbres y por tanto poco habituado a la civilización en sentido moderno. Es, en definitiva, el retrato de un mundo condenado a desaparecer y constituye una de las más importantes obras de la Literatura Hispanoamericana.
Novela del estadounidense Jack Kerouac (Lowell, Massachusetts, 1922-1969) considerada manifiesto de la “generación beat” (fundadora de la llamada contracultura). Escrita en forma de monólogo interior, es un relato autobiográfico que narra los viajes de los protagonistas a través de la legendaria Ruta 66.
Magistral novela de aventuras escrita por Alexandre Dumas (Villers-Cotterêts, 1802-1870), uno de los grandes creadores de súper ventas de todos los tiempos. Ambientada en el siglo XVII francés, los personajes a que alude el título son Aramis, Athos y Porthos, quienes defiende al rey Luis XIII y, sobre todo, a la reina Ana de Austria frente al grupo dirigido por su valido el cardenal Richelieu. Pero el gran protagonista de la historia es D’Artagnan, un muchacho gascón que arriba a París con objeto de cumplir su sueño de convertirse en mosquetero. Sin duda, se trata de una de las grandes novelas de aventuras de la Historia de la Literatura.
Obra del humanista y político británico Tomás Moro (Londres, 1478-1535) cuyo título extenso es “Libro del estado ideal de una república en la nueva isla de Utopía”, suficientemente indicativo de su contenido. En efecto, se trata de un ensayo donde expone su forma de entender el gobierno de las naciones.
Drama del griego Sófocles (Atenas, 496-406 antes de Cristo) que constituye el máximo exponente de la tragedia tal como la concebían los antiguos helenos. A partir de un infausto oráculo que señala que el protagonista matará a su padre y se casará con su madre, Edipo atraviesa una serie de vicisitudes y casualidades que llevarán inexorablemente al cumplimiento de aquella predicción y que, lógicamente, conducirán a la obra a un final atroz.
83. El perfume
Extraordinaria novela del germano Patrick Suskind (Ansbach, Baviera, 1949) que constituye, al tiempo, una reflexión sobre la condición humana y un portento de capacidad descriptiva a través de los sentidos. Su protagonista es Jean-Baptiste Grenouille, un joven de infancia desdichada con una extraordinaria capacidad olfativa que le lleva a obsesionarse con la creación del perfume perfecto, aunque para lograrlo deba convertirse en asesino.
Primera novela del castellano Miguel Delibes (Valladolid, 1920-2010) pero no por ello menos magistral. Es una indagación sobre la muerte desarrollada a través de la trayectoria vital de Pedro, el protagonista, un muchacho huérfano acostumbrado a ver morir a todos aquellos que ama o aprecia.
85. Guillermo Tell
Drama de Friedrich Schiller (Marbach am Neckar, 1759-1805), considerado junto a Goethe el gran autor del clasicismo germano. Cuenta las aventuras del personaje que le da título, una figura legendaria de la independencia suiza famoso por su habilidad con la ballesta.
86. Las crónicas de Narnia
Heptalogía del británico Clive Staples Lewis (Belfast, 1898-1963) que constituye una de las obras maestras de la fantasía. Sus siete relatos están protagonizados por Aslan, un león legendario que ha creado el país de Narnia, y los hermanos Pervensie, todos ellos rodeados por un mundo mágico poblado por malvadas brujas, animales parlantes y seres mitológicos. En un sentido más profundo, viene a ser una muestra de la lucha entre el Bien y el Mal.
87. El gatopardo
Excelente novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa (Palermo, 1896-1957) que narra las vicisitudes familiares de don Fabricio Corbera, Príncipe de Salina, entre 1860 y 1910, época de la Unificación Italiana que dio lugar a profundos cambios sociales. Además de un magnífico relato histórico, es una dura crítica del arribismo político.
Relato de aventuras con no poco de fantasía del francés Julio Verne (Nantes, 1828-1905), considerado, junto a Herbert George Wells, el creador de la ciencia ficción. Tras encontrar un pergamino que explica como llegar al núcleo terrestre, el profesor Otto Lidenbrock se dispone a realizar tan arriesgado viaje junto a su sobrino Axel y el guía Hans. En su periplo atravesarán mil peligros para descubrir que las entrañas del planeta ocultan un mundo increíble y muy distinto del que existe en la superficie.
89. Todo se desmorona
Novela del nigeriano Chinua Achebe (Oglibi, 1930-2013) que constituye, al tiempo, un fresco de las distintas etnias que habitan en su país y una muestra del choque entre los colonizadores blancos y los pueblos indígenas. Además, refleja con tristeza como éstos últimos van perdiendo sus ancestrales costumbres para occidentalizarse. Su protagonista es Okonkwo, un luchador del pueblo igbo.
Unica novela de la británica Emily Brönte (Thornton, Yorkshire, 1818-1848) considerada uno de los grandes clásicos de la Literatura Inglesa. Narra la historia de dos familias, los Earnshaw con su hijo adoptivo Heathcliff y los Linton pero sobre todo se centra en un triángulo sentimental que arruina la vida de ambos clanes. Formalmente, se trata de una obra muy audaz para su tiempo (fue publicada en 1847) pues su estructura recuerda a la muñecas rusas que, al abrirlas, hallamos otra en su interior.
Aunque sólo sea por tratarse del gran historiador de Roma y por las dimensiones de su creación, merece figurar aquí la colosal obra de Tito Livio (Padua, 59 antes de Cristo-17 después de Cristo), un conjunto de ciento cuarenta y dos libros que, como su propio título indica, narran el devenir de Roma desde su legendaria fundación por Rómulo y Remo hasta después de Julio César, por cierto, otro gran historiador.
Brutal relato del Nobel Camilo José Cela (Iria Flavia, 1916-2002) que dio lugar a una corriente literaria calificada como “Tremendismo”. A medio camino entre la picaresca y las técnicas naturalistas, un reo cuenta desde la cárcel su vida, marcada por el determinismo de la herencia y el medio, hasta convertirse en asesino. Fue, además, la novela que supuso el renacer de la narrativa española tras la Guerra Civil.
93. Cantos
Libro de poemas del italiano Giacomo Leopardi (Recanati, 1798-1837), quizá el más grande exponente del Romanticismo en su país. Aunque su perfección formal lo acerca al neoclasicismo, el contenido y el tono son genuinamente románticos por su pesimismo y por mostrar al Hombre perdido en un mundo inhabitable donde no halla acomodo.
94. Solaris
Magnífica novela de ciencia ficción del polaco Stanislaw Lem (Leópolis, 1939-2006), uno de los grandes del género. El título alude al nombre de un planeta en el que no existe tierra firme sino un inmenso océano dotado de vida propia y, según apuntan los indicios, de inteligencia. Allí llega Kris Kelvin para investigar la extraña conducta de los tres astronautas que se encuentran en el único observatorio habilitado en el planeta. Sin embargo, le ocurrirán extraños sucesos.
Otro clásico del terror creado por la británica Mary Wollstonecraft (Londres, 1797-1851), quien adoptó el apellido Shelley de su esposo, el conocido poeta Percy Bhysshe. Fue escrita en Villa Diodati, durante una velada en la que también estaba presente el polémico Lord Byron. Narra la historia del doctor Frankenstein, un científico que crea un ser vivo a partir de partes de cadáveres y mediante descargas eléctricas. Sin embargo, su criatura termina rebelándose contra él. Como toda gran novela, puede interpretarse de diversas formas pero una de las que más fortuna ha hecho la califica como una crítica a la experimentación científica descontrolada.
96. Babbit
Excelente novela del norteamericano Sinclair Lewis (Sauk Centre, Minnesota, 1885-1951), Premio Nobel de Literatura en 1930. A través de un respetado vendedor de fincas y su familia, el autor satiriza a la clase media estadounidense, más preocupada por las apariencias que por vivir con plenitud.
Magnífico libro de poesía del español Gustavo Adolfo Bécquer (Sevilla, 1836-1870). De contenido sentimental, evidencian la superación del Romanticismo por su tono intimista y una sencillez formal que, no obstante, oculta un enorme trabajo de depuración poética.
Inclasificable obra del portugués Fernando Pessoa (Lisboa, 1888-1935), como por otra parte son casi todas las suyas. Presentado como una autobiografía de Bernardo Soares, uno de los heterónimos del autor, viene a ser un diario íntimo compuesto de todo tipo de reflexiones dispersas tanto sobre asuntos de la vida cotidiana como de otros de mayor enjundia filosófica.
99. Pigmalión
Comedia del británico George Bernard Shaw (Dublín, 1856-1950) estrenada en el Burgtheater de Viena en 1913 y cuyo título hace referencia al personaje mitológico del mismo nombre, rey de Chipre y que se enamoró de la estatua que había creado él mismo. Y es que ‘Pigmalión’ cuenta la historia de Henry Higgins, un profesor de lengua que estudia la dicción popular. A la salida del Covent Garden, encuentra a Liza, una florista analfabeta cuya forma de expresarse es vulgar. Se propone entonces -apuesta con el coronel Pickering de por medio- convertirla en una dama en el plazo de seis meses.
100. La modificación
Obra del francés Michel Butor (Mons-en-Baroeul, 1926) que constituye uno de los mejores exponentes del “Nouveau roman”, corriente narrativa surgida en Francia en los años cincuenta del pasado siglo y que se caracterizaba por la ruptura con la novela al modo tradicional para escribir al impulso del flujo de conciencia y con gran virtuosismo estilístico. Su protagonista es León, un hombre que toma el tren hacia Roma para reunirse con su amante. Durante el viaje, va reflexionando sobre su pasado, su presente y su futuro.
101. Ivanhoe
Relato del escocés Walter Scott (Edimburgo, 1771-1832), considerado el fundador de la novela histórica. Ambientada en la Inglaterra medieval, presenta la lucha del héroe que le da título contra Juan “Sin Tierra”, Rey que ha usurpado el trono a su propio hermano Ricardo “Corazón de León”.
102. Esperando a Godot
Tragicomedia del irlandés Samuel Beckett (Dublín, 1906-1989) considerada una de las cimas del “Teatro del absurdo”. Y, en efecto, ningún sentido tiene su argumento: Vladimir y Estragón son dos vagabundos que pasan la obra aguardando a un tal Godot pero en ningún momento se nos dice quién es éste, por qué le esperan ni, por supuesto, aparece. Es un voluntario absurdo que pretende simbolizar la propia vida humana, considerada por el autor como carente de significado.
103. Papá Goriot
Una de las novelas más conocidas del francés Honoré de Balzac (Tours, 1799-1850), maestro del Realismo y uno de los grandes autores de las letras galas. Esta obra pertenece a su monumental ‘Comedia humana’, el más colosal proyecto literario que se hayan emprendido nunca, pues tenía la pretensión de reflejar fidedignamente toda la sociedad francesa de la época. Para hacerlo, Balzac se propuso escribir casi ciento cuarenta novelas de las que llegó a completar unas ochenta y cinco. En efecto, son éstas un fresco amplísimo no sólo de la Francia de su tiempo sino de la condición humana en general. ‘Papa Goriot’ forma parte del subgrupo titulado “Escenas de la vida privada” y ofrece todo un microcosmos de la sociedad en el que destaca la figura de Goriot, un anciano al que sus hijas apartan de su lado después de haber sacrificado todo por ellas.
104. Poema de Gigalmesh
Ubicado en la Mesopotamia del siglo VII antes de Cristo y anónimo, es considerado el texto literario escrito más antiguo de la Historia. Compuesto de unos 3.500 versos, se trata de una epopeya que narra las aventuras del rey Gigalmesh, un personaje de la mitología sumeria.
Novela del estadounidense John Kennedy Toole (Nueva Orleans, 1937-1969) quien ganó con ella el Pulitzer a título póstumo en 1981. Cuenta la vida de Ignatius J. Reilly, un hombre estrambótico cuyas tesis chocan frontalmente con la sociedad moderna pero debe abandonar sus ideales poéticos para hacer algo tan prosaico como buscar trabajo. Es una obra ácida y disparatada pero también amarga. Tan magistral es la figura del protagonista que se le ha comparado con don Quijote.
106. Archipiélago Gulag
Estremecedora obra del ruso Aleksandr Solzhenitsyn (Kislovodsk, 1918-2008), Premio Nobel de Literatura en 1970. Es una detallada descripción del sistema penal soviético y de los campos de concentración a los que se enviaba a los condenados, en gran parte de los casos, para no volver. Pero también es una crítica de una sociedad enferma en la que la delación estaba a la orden del día y era casi ley.
Drama de honor del español Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 1600-1681) considerado una de las cimas de nuestro teatro del Siglo de Oro. El capitán y aristócrata don Álvaro ultraja a la joven Isabel, hija del labrador Pedro Crespo, y éste trata de que repare su afrenta. Cuando el soldado se niega, el campesino, a la sazón elegido Alcalde, hace que le prendan y ejecuten. Aunque en aquel tiempo un plebeyo no podía ajusticiar a un noble, el Rey Felipe II termina dando la razón al honesto Crespo.
Famosísima novela del británico Charles Lutwidge Dodgson (Daresbury, 1832-1898), más conocido como Lewis Carroll. La obra cuenta la increíble aventura de Alicia, una niña que, tras seguir a un conejo mágico, entra en un mundo absolutamente surrealista en el que se encuentra con personajes tan populares como el Gato de Cheshire, el Sombrerero Loco o la Reina de Corazones. Es uno de los grandes clásicos de la literatura infantil.
109. Leviatán
Excelente novela del norteamericano Paul Auster (Newark, 1947) que, a través de una trama policíaca, indaga en los recovecos de la creación literaria. Benjamín Sachs, un escritor de efímera popularidad, muere mientras manipulaba una bomba. Su amigo y colega Peter Aaron (trasunto de Auster) decide escribir su biografía antes de que la versión oficial la tergiverse. Como decíamos, la obra reflexiona sobre dos formas de entender el oficio de escribir: de una parte, la comprometida social y políticamente y, de otra, la puramente artística. Además y ello es común a todas las novelas de Auster, un azar insondable rige las vidas de los personajes.
La mejor obra de la británica Jane Austen (Steventon, 1775-1817), que ha sido varias veces llevada al cine y la televisión. Se trata de una comedia romántica cuyos protagonistas son la orgullosa Elizabeth Bennet y el atractivo Fitzwilliam Darcy, quienes mantienen varios acercamientos y desencuentros sentimentales. Al tiempo, la autora los rodea de un sin fin de personajes secundarios muy bien trazados.
111. Mil grullas
Libro del Nobel japonés Yasunari Kawabata (Osaka, 1899-1972) que constituye una obra cimera del preciosismo literario. La trama es, en consecuencia, poco importante. Discurre en torno a la ceremonia del té y el encuentro de Kikuji con dos mujeres, la señora Ota y Chikako, que fueron amantes de su padre. Pero lo realmente destacable de la obra es la precisión y el virtuosismo con que el autor nos describe los objetos cotidianos y las cosas sencillas de la vida.
Recopilación medieval de cuentos orientales cuyo eje central lo constituye el personaje de Sherezade, concubina del Sultán que, para no ser decapitada, narra a éste distintas historias. El libro está construido mediante la técnica del relato enmarcado, es decir, de cada cuento surge la trama del siguiente. Su influencia en la literatura posterior ha sido enorme.
113. Cancionero
Es el título que se ha dado a la recopilación de la obra poética del italiano Francesco Petrarca (Arezzo, 1304-1374). El tema central es el sentimiento amoroso del autor hacia Laura pero se salpica con textos acerca de otros asuntos. Escrito en lengua toscana, lleva el soneto a la perfección y constituye una obra capital para el desarrollo de la sensibilidad renacentista.
114. La Celestina
Subtitulada “Tragicomedia de Calisto y Melibea”, es atribuida al bachiller Fernando de Rojas (La Puebla de Montalbán, Toledo, h. 1470-1541). Obra de difícil encasillamiento genérico pues, de ser teatro, resulta casi imposible de representar. A grandes rasgos, cuenta los enredos de la alcahueta Celestina para conseguir que la joven Melibea caiga rendida ante el amor de Calisto.
115. Moby Dick
Magistral novela del estadounidense Herman Melville (Nueva York, 1819-1891) que constituye el mejor relato marino de la Historia de la Literatura. El ballenero ‘Pequod’ persigue a un gran cachalote que ha privado a su capitán, Ahab, de una pierna. Pero, más que sobre la caza de Moby Dick -así se ha bautizado al animal- la obra trata sobre las obsesiones autodestructivas, en este caso el ansia de venganza del marinero.
116. Los Maia
Extraordinaria obra de José María Eça de Queiroz (Póvoa de Varzim, 1845-1900), seguramente el mejor novelista portugués del siglo XIX. Carlos de Maia es un joven de buena familia educado en Europa, idealista y diletante que se enamora de una mujer cuyo origen hace imposible su relación. Para contextualizar la peripecia del protagonista el autor se remonta a su abuelo, Alfonso de Maia, y de este modo recorre toda la historia de Portugal en el siglo XIX, con sus intentos modernizadores que chocan con un decadentismo muy propio de la época.
117. La tierra baldía
Extenso poema del Premio Nobel Thomas Stearns Eliot (Saint Louis, Missouri, 1888-1965) que es, al tiempo, un reflejo demoledor del desengaño respecto al progreso de la Humanidad que siguió a la Primera Guerra Mundial y un magnífico ejemplo de la experimentación formal de las vanguardias. Su influencia en la lírica posterior ha sido enorme.
118. La señorita Julia
Probablemente la mejor obra dramática del sueco August Strindberg (Estocolmo, 1849-1912). La protagonista, que da título a la obra, es una joven de buena posición que seduce a un criado. Con ello y según los cánones de la época, ha mancillado el honor de su familia al relacionarse con un sirviente pero al tiempo, éste, como hombre, tiene poder sobre ella. En suma, la obra analiza la lucha de clases y el papel sumiso que la mujer tenía en la sociedad.
Grupo de cinco novelas escritas por el francés François Rabelais (Chinon, ¿1494?-1553). Narra las aventuras de estos personajes, padre e hijo y dos gigantes bondadosos y glotones, con fuertes dosis de humor escatológico y un tono absolutamente vulgar. El nombre del segundo de ellos ha dado lugar al adjetivo “pantagruélico” que se usa para calificar la abundancia de comida.
120. Retorno a Brideshead
Magnífica novela del británico Evelyn Waugh (Londres, 1903-1966). Su protagonista y narrador es Charles Ryder, quien, al regresar a Brideshead, mansión de lord Marchmain ahora convertida en cuartel, recuerda los tiempos allí vividos junto a su amigo Sebastian y la hermana de éste, Julia, de la que estuvo profundamente enamorado.
121. Cántico espiritual
Probablemente la obra más destacada del carmelita San Juan de la Cruz (Fontiveros, Ávila, 1542-1591), figura principal de la poesía mística española. Bajo la forma simbólica del encuentro de dos amantes, expresa el proceso por el que el alma entra en contacto con la Divinidad y, formalmente, es de una belleza extraordinaria.
Clásico de la narrativa juvenil norteamericana escrito por Mark Twain (Florida, Missouri, 1835-1910). Cuenta las aventuras del personaje que le da título y su amigo Huckleberry Finn, un muchacho marginal que ha aprendido a arreglárselas solo. Al tiempo, Twain construye un magistral retrato de la vida a orillas del gran río Mississippi. Tal fue su éxito que el autor escribió una secuela también excelente titulada ‘Las aventuras de Huckleberry Finn’.
123. Cuentos infantiles
Si bien hay distintas recopilaciones de los relatos del danés Hans Christian Andersen (Odense, 1805-1875), cualquiera de ellas merece figurar en esta lista tanto por su calidad como por su valor imperecedero. Obras como ‘La sirenita’, ‘El patito feo’, ‘El soldadito de plomo’ o ‘La cerillera’ han inspirado películas, musicales e incluso pinturas y esculturas e hicieron del escritor nórdico uno de los más grandes creadores de historias para niños de todos los tiempos. Mucha menos fama obtuvieron, curiosamente, sus novelas y dramas para adultos.
124. Medea
Drama de Eurípides (Salamina, 480-406 antes de Cristo), considerado, junto a Sófocles y Esquilo, uno de los tres grandes trágicos de la Antigüedad griega. Jasón, el que buscara el vellocino de oro, se dispone a repudiar a Medea para casarse con Glauce, hija de Creonte, Rey de Corinto. Pero la esposa despechada trama una atroz venganza. Se trata, por tanto de una obra de enorme fuerza dramática cuyo motor son los celos.
125. Manhattan Transfe
Obra del norteamericano John Dos Passos (Chicago, 1896-1970) considerada una de las grandes novelas sobre Nueva York. Tomando como nexo la estación central de Manhattan, cuenta la vida de distintos personajes que pasan por ella. Algunos sólo aparecen una vez pero otros se relacionan entre sí y volvemos a encontrarlos páginas adelante. Sin embargo, la gran protagonista es la propia ciudad de Nueva York como escenario de las ilusiones de mucha gente que, al fin, se van al traste.
126. Así habló Zaratustra
Una de las mejores obras del filósofo alemán Friedrich Nietzsche (Röcken, 1844-1900), que compendia en buena medida toda su cosmovisión. Esta constituido por una serie de relatos y discursos que el autor pone en boca del profeta Zoroastro, también llamado Zarathustra.
127. El poder y la gloria
Magnífica novela del británico Graham Greene (Berkhamsted, 1904-1991) que posee enorme profundidad espiritual. Ambientada en el México de los años veinte, cuando el Gobierno emprendió una brutal persecución contra los cristianos -la conocida como “Guerra Cristera”-, narra la peripecia del padre José, un sacerdote católico que se debate entre sus sentimientos de culpa y la ayuda a los demás.
128. Zorba el Griego
Novela de Nikos Kazantzakis (Heraclión, 1883-1957), uno de los grandes escritores de su país en época moderna. Basada en un personaje real, Georges Zorba, nos presenta a un hombre del pueblo que posee la filosofía del sentido común y ama apasionadamente la vida. En definitiva, un ser capaz de armonizar materia y espíritu, la gran preocupación del autor griego.
Colección del alquimista, astrónomo y escritor inglés Geoffrey de Chaucer (Londres, h. 1343-1400) que vienen a ser el equivalente británico al ‘Decamerón’ de Boccaccio o al ‘Libro de buen amor’ de nuestro Arcipreste de Hita. Son relatos de contenido variado escritos tanto en prosa como en verso y, entre ellos, pueden mencionarse el ‘Cuento del caballero’, el del molinero, el de Melibeo, el del médico o el del bulero. Incluso existe un museo dedicado a ‘Los cuentos de Canterbury’ en esa localidad inglesa.
130. Fahrenheit 451
Magnífica novela del norteamericano Ray Bradbury (Waukegan, 1920-2012) que conforma, junto a ’1984′ y ’un mundo feliz’, la trilogía de grandes relatos distópicos del siglo XX. En una sociedad donde los libros están prohibidos porque “impiden ser feliz” y la tarea de los bomberos es quemarlos, uno de éstos llamado Montag se confabula con un viejo profesor, Faber, para salvar la cultura. No será tarea fácil y a causa de ello se convertirá en un prófugo. El título hace referencia a la temperatura a la que arde el papel.
131. Azul
Libro del nicaragüense Rubén Darío (Metapa, 1867-1916) que inaugura el Modernismo hispanoamericano, posiblemente la escuela más importante de la lírica en castellano de los últimos cien años. Contiene relatos en prosa y poemas de una exuberancia formal y belleza extraordinarios.
Extraordinaria novela del francés Antoine de Saint-Exupéry (Lyon, 1900-1944). Un aviador tiene un accidente en el desierto y allí se encuentra, sorprendentemente, con un niño que dice ser un príncipe de otro planeta. Éste se dedica a recorrer la galaxia para conocer la vida y costumbres de las diferentes poblaciones de ella. La obra puede leerse desde una perspectiva infantil pero también adulta, pues reflexiona sobre la conducta de las personas a través de los ojos inocentes de un niño. Con los años, se ha convertido en uno de los libros más vendidos de la Literatura Universal.
Una de las pocas novelas del británico Óscar Wilde (Dublín, 1854-1900). Entremezclando realidad y fantasía, narra la vida hedonista de un personaje que se mantiene perennemente joven mientras la pintura que le ha hecho Basil Hallward envejece por él. En un sentido más profundo, es un canto a la belleza física acorde con las tesis del decadentismo finisecular.
Ensayo de Giorgio Vasari (Arezzo, 1511-1574) donde acuñó el término “Renacimiento” y que constituye una obra fundamental para comprender la historia del arte italiano desde sus orígenes hasta la época de Miguel Ángel y Leonardo da Vinci.
135. El lobo estepario
Novela del alemán Herman Hesse (Calw, 1877-1962) que constituye un fiel reflejo de las inquietudes existenciales de su autor. Cuenta la vida de Harry Haller, un hombre solitario que no encaja bien con la sociedad. Técnicamente quizá sea la mejor obra de Hess pues presenta diversos y acertados puntos de vista con objeto de completar la personalidad del protagonista.
136. Historia de la vida del buscón llamado don Pablos
Novela picaresca del español Francisco de Quevedo (Madrid, 1580-1645), posiblemente el mejor prosista de las Letras Españolas. Narra las andanzas del personaje que le da título y que atraviesa un proceso similar al del lazarillo, primero como alumno del dómine Cabra y, más tarde, en compañía de los más singulares personajes: un inventor que pretende secar el mar mediante esponjas, un mal poeta, un esgrimista o un ermitaño que hace trampas en el juego. Se trata, en suma, de una demoledora sátira de la sociedad española del Barroco.
Título bajo el que agrupó algunos de los relatos de Edgar Allan Poe (Boston, 1809-1849) otro gran creador de narraciones breves: Julio Cortázar. También podría calificárselos como “de terror” pero es que se trata de un tipo de historias que no recurren a apariciones fantasmales, vampiros u otras figuras clásicas sino que despiertan el miedo en el lector apelando a lo más profundo de su subconsciente. Dicho de otra forma, el terror procede de los más atávicos temores del ser humano. Algunos como ‘El pozo y el péndulo’, ‘La caída de la casa Usher’ o ‘Ligeia’ son realmente magistrales.
Quizá no sea éste el mejor libro del chileno Pablo Neruda (Parral, 1904-1973) en cuanto a su calidad poética pero probablemente sí es el más sentido y el más bello por su hondura humana. Como su propio título indica, se trata de composiciones sentimentales de gran belleza.
Una de las mejores novelas del británico Herbert George Wells (Bromley, 1866-1946), considerado, con Julio Verne, el creador de la ciencia ficción. Un científico logra construir una máquina que le permite viajar en el tiempo. Movido por el afán de conocer el futuro de la Humanidad, viaja hasta miles de años después de su época para descubrir que el mundo no ha progresado sino retrocedido. Se halla poblado por los “Eloi”, unos seres primitivos que, además, son presa de otra raza más agresiva, los “Morlock”. La obra, en consecuencia y en sentido profundo, es una reflexión sobre el futuro del género humano.
140. Hambre
Novela del Premio Nobel noruego Knut Hamsun (Vaga, 1859-1952) que, publicada en 1890, se anticipó a las corrientes narrativas de principios del siglo XX por su abundante utilización del monólogo interior. El protagonista es un hombre cualquiera del que sólo sabemos que vive míseramente en la actual Oslo y -como el título indica- pasa hambre, sensación que el autor nos expone morosamente. En consecuencia, se trata de un relato de gran profundidad existencial.
Magnífico ensayo histórico del germano Oswald Spengler (Blankenburg, 1880-1936) considerado uno de los más importantes del pensamiento contemporáneo. En él, traza un marco estructural dentro del que se desarrolla la Historia, distinguiendo varias grandes culturas de las cuales la Occidental o Faústica es la última. Además, señala para cada una de ellas distintas etapas que les son comunes. Y, gracias a todo ello, puede concluir que la vigente (la Occidental) se halla en plena decadencia, es decir, en su final.
142. El cortesano
Obra dialogada del italiano Baltasar de Castiglione (Mantua, 1478-1529) cuya importancia reside, fundamentalmente, en que constituye un modelo de conducta para el caballero del Renacimiento. Así, este debe ser ducho tanto en el uso de las armas como en el de las letras, tener agradable trato sobre todo con las damas e incluso tocar algún instrumento. No falta, así mismo, un discurso sobre el amor “platónico”, tan en boga en aquel tiempo, a cargo de uno de los personajes, el poeta Pietro Bembo.
143. Berlín Alexanderplatz
Excelente novela publicada por el alemán Alfred Döblin (Stettin, 1878-1957) a finales de los años treinta. Su eje argumental es la peripecia de Franz Biberkopf, quien sale de la cárcel e intenta rehacer su vida. Pero el título, que se refiere a uno de los centros neurálgicos de Berlín, no es casual. Porque la obra tiene protagonista colectivo: todos los individuos, variados y de distintos ámbitos, que se cruzan en la trayectoria de Biberkopf. En este sentido, podríamos decir que esta novela sería a la ciudad alemana lo que ‘Manhattan Transfer’ a Nueva York. Además, Döblin introduce en su obra muchas de las técnicas narrativas más renovadoras entonces, tales como el monólogo interior, la variedad de puntos de vista y la mezcla de registros lingüísticos.
144. El Paraíso perdido
Largo poema narrativo (10000 versos arrítmicos) del inglés John Milton (Londres, 1608-1674) que recrea la parábola de Adán y Eva para reflejar, en un sentido más profundo, temas como el Mal y el sufrimiento.
145. Nana
Novela del francés Émile Zola (París, 1840-1902), creador del Naturalismo literario. Como en su momento hiciera Honoré de Balzac en su ‘Comedia humana’, Zola se propuso reflejar la sociedad francesa en una serie de relatos: ‘La saga de los Rougon-Macquart’, a la que pertenece ‘Nana’. Éste es el apelativo que recibe la protagonista, Anne Copeau, quien trabaja como actriz de variedades y se prostituye para conseguir de los hombres lo que desea. Pertenece a la rama familiar de los Macquart y se ve afectada por sus taras genéticas.
146. Contraluz
Una de las mejores creaciones del norteamericano Thomas Pynchon (Long Island, 1937), tan buen escritor como escurridizo personaje del que apenas existen fotos y que ha publicado tan sólo ocho novelas a lo largo de 50 años. En ella y a su peculiar manera, hace un recorrido por la Historia Universal en el periodo que abarca desde la Exposición de Chicago en 1893 hasta después de la Gran Guerra. Entrelaza un sin fin de tramas y escenarios que van desde Londres hasta el Hollywood del cine mudo e incluye personajes reales como Groucho Marx o Bela Lugosi.
Magistral novela del cubano Alejo Carpentier (1904-1980) uno de los grandes escritores que abrieron el camino al llamado “Boom de la narrativa hispanoamericana”. Es un relato histórico que, a grandes rasgos, cuenta los efectos que tuvo en el Caribe la Revolución Francesa. Pero en ella destaca el barroquismo estilístico del autor que completa una extraordinaria obra.
Recopilación de textos infantiles del francés Charles Perrault (París, 1628-1703) que proceden, en la mayoría de los casos, de la tradición oral. En consecuencia, el mérito del autor fue recogerlos y darles forma literaria. Algunos de ellos han alcanzado la inmortalidad: ‘La bella durmiente’, ‘Caperucita Roja’, ‘Pulgarcito’, ‘Cenicienta’ o ‘El gato con botas’.
Clásico de la historiografía escrito por el británico Edward Gibbon (Putney, 1737-1794) que aún hoy continúa siendo enormemente valioso. Esta monumental creación recorre desde la muerte del Emperador Marco Aurelio (180 después de Cristo) hasta el final del Imperio Romano de Oriente con la caída de Constantinopla en manos de los turcos (1453). Al tiempo, expone las causas de su decadencia y establece un paralelismo con el Imperio Británico. Es decir, que además de una obra histórica lo es también filosófica.
150. Pinocho
Popular novela infantil del italiano Carlo Collodi (Florencia, 1826-1890). La forma clásica del argumento puede resumirse en que el carpintero Gepetto crea un muñeco de madera que cobra vida. A partir de aquí, Pinocho se convierte en un verdadero truhán que atraviesa numerosas peripecias. La idea original de Collodi era escribir una suerte de relato picaresco por lo cual el protagonista terminaba colgado de un árbol en castigo a sus fechorías. Sin embargo, sus editores le convencieron para que continuara la obra hasta convertirla en una novela infantil, una historia de redención en la que el protagonista acababa por arrepentirse y ser premiado. Y esta versión es la que ha hecho enorme fortuna literaria.
151. El hombre invisible
No hablamos de la popular novela de H. G. Wells, también excelente, sino de la que publicó el norteamericano Ralph Ellison (Oklahoma, 1914-1994) en 1953 y que le reportó el National Book Award. A través de un hombre de raza negra, aborda los problemas raciales en los Estados Unidos desde una perspectiva profundamente existencial.
Magistral y casi única novela del también norteamericano Jerome David Salinger (Nueva York, 1919-2010). Holden Cauldfield, un muchacho de diecisiete años, nos cuenta sus experiencias en la ciudad de Nueva York tras ser expulsado de la escuela de Pencey en lo que resulta ser un retrato nada almibarado sino cruel de la adolescencia. Quizá por ello ha sido un libro polémico desde su publicación.
153. Gran sertón: Veredas
Compleja y extraordinaria novela del brasileño Joao Guimarães Rosa (Cordisburgo, 1908-1967). Su protagonista es el “yagunzo” (una suerte de matón) Riobaldo, quien cuenta sus andanzas a un médico de ciudad. Ha sido maestro y ello explica sus constantes alusiones literarias. En la obra, la vida en el sertón (una región de Brasil) se convierte en un microcosmos que se puede identificar con el mundo en general. La introducción de dialectalismos y la experimentación a que Rosa somete el lenguaje convierten a esta obra en una cima de la literatura iberoamericana.
154. La muerte de Arturo
Monumental novela de Thomas Malory (¿Warwickshire, 1416?-1471) que compendia gran parte de la llamada “materia de Bretaña”, es decir, la leyenda del Rey Arturo, uno de los asuntos más ricos de la Literatura Universal y que ya había sido abordado por autores como Chretien de Troyes. La obra de Malory cuenta los orígenes del personaje, su conversión en caballero y caudillo militar y su coronación. También su búsqueda del Santo Grial y, finalmente, la caída del reino y la partida de Arturo a la isla de Avalon.
Magnífica novela del británico Robert Louis Stevenson (Edimburgo, 1850-1894) que indaga sobre el Bien y el Mal y, en definitiva, sobre la complejidad del ser humano. Jekyll es un afamado científico convencido de que en toda persona conviven en permanente lucha aquellos extremos y logra una pócima que consigue separarlos. Así, él mismo se transforma en Mr. Hyde o, lo que es lo mismo, en su propia parte malvada. Pero las consecuencias serán funestas.
156. El viejo y el mar
No es la más popular pero sí una de las mejores novelas del norteamericano Ernest Hemingway (Oak Park, Illinois, 1899-1961), Premio Nobel de Literatura en 1954. Santiago es un viejo pescador cubano que tanto por sus ya escasas fuerzas como por mala suerte hace tiempo que no captura nada. Tenía un ayudante joven, Manolín, pero su padre lo ha enrolado en otra embarcación. Sin embargo, un día logra sacar un gran pez espada que le permitirá recuperar su prestigio ante sus colegas. Para su desgracia, los tiburones se lo arrebatan dejando sólo el esqueleto. Este argumento representa una parábola de la lucha del ser humano contra las adversidades aún cuando las energía flaquean por la edad. Con ella, Hemingway obtuvo el Premio Pulitzer en 1953.
157. Himnos a la noche
Colección de poemas en prosa y verso de “Novalis”, pseudónimo del poeta romántico alemán Friedrich Leopold von Hardenberg (Oberwiederstedt, 1772-1801). Escritos tras la muerte de su hermano y de Sophie von Kuhn, su amada, constituyen una alegoría mística de la vida y la muerte.
158. El Señor Presidente
Magnífico relato de Miguel Ángel Asturias (Ciudad de Guatemala, 1899-1974), también Premio Nobel de Literatura en 1967. Adscrita al género de la “novela de dictador” como el ’Tirano Banderas’ de Valle-Inclán, presenta la opresión brutal en que vive un país sudamericano bajo el yugo de un régimen despótico. Como eje de la narración, tenemos los amores de Miguel Cara de Ángel, colaborador de confianza del dictador pero caído en desgracia, y Camila, hija de un general considerado traidor al mandatario. La figura del tirano se inspira en Manuel Estrada Cabrera, quien rigió con mano de hierro los destinos de Guatemala a principios del siglo XX pero, en general, la novela critica a todas las dictaduras, tan frecuentes en Sudamérica.
159. Os Lusíadas
Largo poema épico de Luis Vaz de Camoes (Lisboa, ¿1524?-1580) considerado una de las cimas de la literatura portuguesa. Escrito en octavas reales, cuenta los orígenes legendarios de su país. Luso, hijo del dios Baco, conquistó el territorio del oeste peninsular y creó Portugal.
160. El maestro y margarita
Extraordinaria novela del ucraniano Mijaíl Bulgákov (Kiev, 1891-1940). Sátira de la dictadura de Stalin, el diablo visita Moscú acompañado de varios colaboradores como un gato que habla. Ello repercute en la relación que Margarita sostiene con su profesor, quien a su vez está escribiendo una narración sobre Jesús y Poncio Pilatos. Hay, por tanto, una novela dentro de otra, una estructura novedosa para su tiempo.
160. Dune
Clásico de la ciencia ficción escrito por el norteamericano Franz Hebert (Tacoma, 1920-1986) que recibió los premios Hugo y Nébula. Es la primera y también la mejor de una saga que incluso fue continuada por el hijo del autor. Nos traslada a un lejano futuro en el que un Imperio Galáctico domina el Universo. En este contexto, un muchacho llamado Paul Atreides que pertenece a la aristocracia está destinado a convertirse en líder de los guerreros Fremen pero también en mesías y quizá en mártir.
161. Platero y yo
La obra más popular del español Juan Ramón Jiménez (Moguer, 1881-1958), Premio Nobel de Literatura en 1956. Publicada hace ahora justamente 100 años, es una narración plena de lirismo destinada a los adultos (como el propio autor se encargó de señalar), aunque por su contenido y sencillez se adapta muy bien a los niños. En este sentido, tiene dos lecturas: una literal y otra simbólica. A grandes rasgos, presenta los diálogos que el narrador entabla con un burro llamado “Platero” sobre los más diversos temas tanto de la vida cotidiana como de mayor hondura espiritual.
162. Yo Claudio
Obra del británico Robert Graves (Wimbledon, 1895-1985) en la que este emperador romano narra la historia de su propia familia, la Julio-Claudia, desde el asesinato de Julio César (44 antes de Cristo) hasta el gobierno de Calígula (también asesinado en el año 41 después de Cristo). Se trata, en suma, de una novela que recorre la vida de Roma en esta etapa decisiva con un rigor y una amenidad extraordinarios.
Estremecedora novela del norteamericano Ken Kesey (La Junta, Colorado, 1935-2001) basada en sus propias experiencias como enfermero en un hospital psiquiátrico y como consumidor de psicotrópicos. Su protagonista es Randle McMurphy, un presidiario que se las ingenia para ser enviado a un centro mental. En éste se comportará como un rebelde pero, sobre todo, sufrirá los siniestros tratamientos que allí se aplican, capaces de dejar a un hombre en estado vegetativo. En 1975, Milos Forman rodó una magistral película basada en la obra con un Jack Nicholson enorme en el papel de McMurphy.
164. Confesiones de una máscara
Magnífica novela del japonés Yukio Mishima (Tokio, 1925-1970). Su protagonista y narrador es Koo-Chan, un muchacho solitario, taciturno y especialmente sensible que, poco a poco, va descubriendo su homosexualidad. Sin embargo, en el Japón de su tiempo, debe ocultarla tras una “máscara”.
165. El Cid
Drama del francés Pierre Corneille (Ruan, 1606-1684), considerado uno de los máximos exponentes del clasicismo galo. A su vez, se basa en ‘Las mocedades del Cid’, obra de Guillén de Castro y, en efecto, se centra en la juventud del héroe castellano.
166. El perro de los Baskerville
Una de las mejores aventuras del sin par Sherlock Holmes creado por Arthur Conan Doyle (Edimburgo, 1859-1930). En ella, el detective y su fiel Watson deben averiguar qué se oculta tras una supuesta criatura demoníaca dispuesta a cumplir la maldición que desde hace siglos persigue a la familia Baskerville.
167. El nombre de la rosa
La mejor novela del italiano Umberto Eco (Alessandria, 1932). Ambientada en una abadía medieval en la que se suceden varios crímenes, combina elementos de la narrativa histórica, la policíaca y de la reflexión filosófica. Al lugar llega un franciscano llamado, curiosamente, Guillermo de Baskerville con su discípulo el joven Adso de Melk (narrador de la historia) para investigar los asesinatos. Es un relato de gran amenidad pero también de profunda erudición que ha sido llevado al cine en 1986 por Jean-Jacques Annaud con Sean Connery como protagonista.
168. Cuentos de hadas
Eruditos de la lengua alemana y estudiosos de su folclore, los hermanos Jacob (Hanau, 1785-1863) y Wilhelm Grimm (Hanau, 1786-1859), más que escribir relatos infantiles, se dedicaron a recopilarlos de la tradición oral y a darles forma literaria. En cualquier caso, contribuyeron enormemente a su difusión y a que llegaran hasta nuestros días cuentos como el de ‘Juan Sin Miedo’, ‘Hansel y Gretel’ o ‘Blancanieves’, además de otros ya tratados por Charles Perrault y otros folcloristas tales como ‘La Cenicienta’ y ‘La bella durmiente’.
169. Amadís de Gaula
De autor anónimo aunque reelaborado por Garci Rodríguez de Montalbo (¿1450-1505), merece figurar aquí como el más conocido exponente de todo un género, el libro de caballerías, capaz de volver loco al mismísimo Alonso Quijano, el legendario personaje de Miguel de Cervantes.
Impactante obra teatral del norteamericano Tennessee Williams (Columbus, Mississippi, 1911-1983) que obtuvo el Premio Pulitzer en 1948. Blanche Dubois, madura mujer sureña desequilibrada y con delirios de grandeza, visita a su hermana Stella, casada con el rudo obrero Stanley Kowalski. Se establece entonces un triángulo de atracción y desprecio entre ellos que no conducirá a nada bueno. Considerada uno de las grandes dramas de la literatura estadounidense, fue llevada al cine de forma memorable por Elia Kazan en 1951 con Marlon Brando y Vivien Leigh en los papeles principales.
171. Macbeth
Otro de los grande dramas de William Shakespeare (Stratford-upon-Avon, 1564-1616). Ambientada en la Inglaterra medieval, el protagonista, que da título a la obra, y su esposa encarnan la ambición desmedida de poder que tiene consecuencias funestas. Se trata de una de las grandes tragedias de todos los tiempos.
Magnífica novela del británico William Golding (Newquay, 1911-1993), Premio Nobel de Literatura en 1983. Un avión en el que viaja un grupo de muchachos se estrella en el desierto. Éstos tienen entonces que sobrevivir y se crean jerarquías de mando con las que no todos estarán de acuerdo. Profundamente simbólica, la obra reflexiona sobre la pérdida de la inocencia infantil y, en sentido más profundo, sobre la naturaleza humana, con la presencia del Bien y del Mal.
173. La buena tierra
Quizá la mejor novela de la norteamericana Pearl S. Buck (Hillsboro, 1892-1973), también Nobel de Literatura en 1938. Hija de misioneros que ejercían su labor en China, supo retratar mejor que nadie la vida tradicional en el gigante asiático. Esta obra narra, precisamente, la existencia del campesino Wang y su familia con un lirismo magistral. ‘La buena tierra’ forma una suerte de trilogía con ‘Los hijos de Wang Lung’ y ‘La familia dispersa’.
174. Novelas ejemplares
Compendio de relatos breves escritos por nuestro Miguel de Cervantes (Alcalá de Henares, 1547-1616). Algunas de ellas se incluyen en lo mejor del género: ‘La española inglesa’, ‘El licenciado Vidriera’, ‘El celoso extremeño’ o ‘La gitanilla’. Pero, quizá, la mejor de todas por su audacia sea ‘El coloquio de los perros’, en la cual Cipión y Berganza, dos canes que poseen la capacidad de hablar, reflexionan lúcidamente sobre los humanos.
175. La Metamorfosis
Novela breve de Franz Kafka (Praga, 1883-1924) pero que sintetiza todas las inquietudes del escritor checo. Narra la historia de Gregorio Samsa, quien una mañana se despierta convertido en un repugnante insecto. Ello provoca el rechazo de todos hacia él. La trama simboliza la crisis existencial tan propia de Kafka, quien siempre muestra al ser humano como una criatura perdida y sola en un mundo que no entiende.
176. Beloved
Compleja obra de la norteamericana Toni Morrison (Lorain, Ohio, 1931), ganadora del Nobel de Literatura en 1993. A través de distintos puntos de vista y de varias historias entrelazadas, constituye una estremecedora descripción de la esclavitud y, en suma, una denuncia del racismo.
177. La muerte de Artemio Cruz
Extraordinaria novela de Carlos Fuentes (Panamá, 1928-2012), Premio Cervantes en 1987. El protagonista, que da título al libro y es un poderoso personaje, rememora en su lecho de muerte los momentos más destacados de su vida: participó en la Revolución Mexicana, cuyos ideales pronto desaparecieron sustituidos por intereses crematísticos, ascendió social y políticamente valiéndose de todo tipo de medios y se enriqueció gracias a la corrupción. Pero su vida ha sido un fracaso. A través de las páginas de esta magnífica novela, Fuentes hace un recorrido por la historia contemporánea de México con sus contradicciones y paradojas.
178. Quo vadis?
Obra del polaco Henrik Sienkiewicz (Wola Okrzejska, 1846-1916), también ganador del Nobel en 1905. Ambientada en tiempos de Nerón, su tema central son los amores del patricio Vicinio y la plebeya cristiana Ligia. Pero el autor construye un enorme fresco de la Roma imperial y refleja la persecución sufrida por los cristianos como alegoría de la que sufría su propio país por parte de Rusia.
179. Bajo el volcán
La mejor novela del británico Malcolm Lowry (Cheshire, 1909-1957) iba, en principio, a formar parte de una trilogía pero las otras dos obras jamás fueron escritas. Cuenta el hundimiento moral y material de Geoffrey Firmin, antiguo cónsul inglés en la ciudad mexicana de Cuernavaca. Lowry tardó diez años en escribir esta novela de indudable tono autobiográfico, lo cual nos da idea de las reelaboraciones a que sometió el texto.
180. La vida es sueño
Junto a ’El alcalde de Zalamea’, el mejor drama del español Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 1600-1681) cuyo argumento, hondamente filosófico, se centra en la libertad humana para elegir frente al Destino. Segismundo ha sido confinado en prisión por su padre, el Rey Basilio para evitar que se cumplan oscuros presagios. Tras ser liberado, se comporta despóticamente y vuelve a su cárcel. Pero, rescatado por el pueblo, se muestra como un gobernante justo burlando así su destino.
181. El maravilloso viaje de Nils Holgersson
Magnífico libro infantil de la sueca Selma Lagerlöf (Marbacka, 1858-1940), así mismo Premio Nobel de Literatura en 1909. Su protagonista es un niño que, debido a su egoísmo, es hechizado por un hada. Convertido en un ser diminuto, viaja por toda Suecia a lomos de un ganso y, al tiempo que conoce la geografía y las costumbres de su país, aprende valores como la solidaridad.
182. Muerte de un viajante
Drama muy popular de Arthur Miller (Nueva York, 1915-2005) que constituye una atronadora denuncia del llamado “sueño americano”. Éste viene a consistir en que todos los estadounidenses tienen libertad e igualdad de oportunidades para alcanzar sus objetivos en la vida y los pueden conseguir con esfuerzo y constancia. A grandes rasgos, su argumento es el siguiente: Willy Loman es un hombre que ha trabajado siempre hasta la extenuación y ha inculcado en sus hijos el citado “sueño americano”. Sin embargo, todo se trastoca cuando es despedido y comprueba que sus ideales se desmoronan como un castillo de naipes.
183. El hombre de arena
Uno de los mejores y más conocidos relatos del alemán E. T. A. Hoffman (Königsberg, 1776-1822), representante del llamado “Romanticismo negro” por sus historias de terror. Nathanael es un joven traumatizado por la terrible muerte de su padre, de la que considera culpable a un extraño individuo con el que éste se relacionaba llamado Coppelius. Cuando conoce a un creador de autómatas llamado Coppola, cree estar ante aquel siniestro personaje. Al tiempo, cae rendido ante Olimpia, una muchacha que no es lo que parece.
184.Tirano Banderas
No deja de resultar curioso que la “novela de dictador”, un género hispanoamericano con magníficos relatos como ’El Señor Presidente’ de Miguel Ángel Asturias -ya citada en esta lista-, tenga como mejor logro esta obra del español Ramón María del Valle-Inclán (Villanueva de Arosa, 1866-1936). Cuenta la caída de Santos Banderas, quien controlaba con mano de hierro Santa Fe de Tierra Firme, derrocado por una revolución. Pero lo realmente extraordinario de la novela es su exuberante lenguaje en el que abundan los americanismos.
185. La madre
Obra del ruso Máximo Gorki (Nizhny Nóvgorod, 1868-1936) cuya calidad demuestra que, incluso con intención propagandística de unas ideas políticas, se puede hacer magnífica literatura. Cuenta las peripecias de Pável, un revolucionario en tiempos del Zar que es detenido. Entonces será su madre la que continúe con sus actividades.
186. El lamento de Portnoy
Singular novela del norteamericano Philip Roth (Newark, 1933) tanto por su estructura como por su contenido. La primera consiste en un largo monólogo de Alexander Portnoy ante su psicoanalista, el doctor Spielvogel. Y el segundo consiste en que el citado paciente cuenta al terapeuta toda su vida haciendo hincapié en su conducta sexual más bien problemática. Se trata de una obra muy divertida.
187. Las amistades peligrosas
Muy popular por sus distintas versiones cinematográficas es esta gran novela del francés Pierre Choderlos de Laclos (Amiens, 1741-1803) centrada en la vida libertina de la aristocracia gala de su tiempo. El Vizconde de Valmont y la marquesa de Merteuil, antiguos amantes, se envían cartas donde describen sus aventuras sexuales.
188. Yerma
Drama de Federico García Lorca (Fuente Vaqueros, Granada, 1898-1936), a quien la posteridad ha dado fama como poeta pero cuya obra teatral no desmerece en absoluto a su lírica. Porque Lorca sabe dotar a sus dramas, generalmente ambientados en el mundo rural, de una fuerza trágica que los emparenta con la misma tragedia griega. Yerma es una mujer casada con un hombre al que no ama y que, además no ha podido darle un hijo. Es, por tanto, la maternidad no satisfecha el motor dramático.
189. Los tejedores
Drama naturalista del germano Gerhart Hauptmann (Obersalzbrunn, 1862-1946), Premio Nobel de Literatura en 1912. Basada en un hecho real (la sublevación de estos artesanos de Silesia en 1844 ante la irrupción de las máquinas), tiene un fuerte contenido político y social.
Junto a ‘Los tres mosqueteros’, la gran novela del francés Alejandro Dumas padre (Villers-Cotterêts, 1802-1870). Su protagonista es un joven marinero llamado Edmundo Dantés, quien va a parar a la cárcel por una denuncia falsa de sus amigos Danglars y Fernando, éste último pariente de Mercedes, prometida del héroe. Tras huir de la prisión del Castillo de If y enriquecido gracias al tesoro de otro reo, pone en marcha una terrible venganza contra los traidores.
191. Servidumbre humana
Magnífica novela del británico William Somerset Maugham (Embajada inglesa de París, 1874-1965) que posee indudables tintes autobiográficos. Philip Carey estudia Medicina tras fracasar en su intento de ser artista. Un día conoce a Mildred, una mujer vulgar pero que lo deja fascinado. Ella lo rechaza pero reaparecerá varias veces en su vida impidiéndole ser feliz. En 1934, John Cromwell rodó una magnífica película inspirada en la obra con Bette Davis y Leslie Howard como protagonistas.
192. El tambor de hojalata
Probablemente, la mejor novela del germano Günter Grass (Danzig, 1927). Óscar Matzerath nos cuenta su propia historia desde un hospital psiquiátrico: a los tres años se negó a seguir creciendo a causa de que el mundo de los adultos (estamos en la Alemania de los años veinte) le desagradaba. Pese a ello y siempre acompañado de un tambor, muestra plena madurez mental. Profundamente simbólica, la novela ha tenido enorme éxito.
193. A Sangre Fría
Nagnífica novela-reportaje del norteamericano Truman Capote. En un pequeño pueblo de Kansas aparecieron salvajemente asesinados los cuatro miembros de una familia, los Clutter. No había motivo aparente ni se hallaron grandes pistas pero cinco años después dos hombres fueron ahorcados como culpables del crimen. Tras investigar los hechos detalladamente, Capote publicó esta historia novelada de los asesinatos que se lee como una perfecta novela negra. Especial interés tiene el retrato psicológico que traza de los dos inculpados, Dick Hickcock y Perry Smith, a los que presenta como verdaderos psicópatas.
194. El cuarteto de Alejandría
Más que una novela, es una tetralogía del británico Lawrence Durrell (Jalandhar, India, 1912-1990). Ambientada en esa ciudad egipcia, cuenta las peripecias de varios personajes, que se repiten vistas desde diferentes perspectivas. Y todo ello experimentando con el tiempo, el espacio y las técnicas narrativas de una forma que recuerda a Joyce o Proust.
Monumental novela de Fiódor Dostoievski (Moscú, 1821-1881), la mejor de su producción junto a ‘Crimen y castigo’. Compendia todas las inquietudes del autor: la religiosidad verdadera y el libre albedrío, la espiritualidad frente al racionalismo, la tradición rusa frente a las ideas occidentalizantes y los conflictos psicológicos. A grandes rasgos, cuenta el asesinato de Fiódor Pávlovich Karamázov, un terrateniente brutal y tiránico, supuestamente a manos de uno de sus hijos. Cada uno de éstos representa un arquetipo de la sociedad rusa: Aliosha al hombre espiritual, Dimitri al hedonista e Iván al racionalista.
196. Diez negritos
Una de las novelas más conocidas de la británica Ágatha Christie (Torquay, 1890-1976), figura de la narrativa policíaca a la que se bautizó como “la Gran Dama del Crimen”. Diez personas sin aparente relación entre sí son convocadas a pasar un fin de semana en una mansión de la isla del Negro. Una vez allí, comprueban que su anfitrión no está, sólo les ha dejado una carta donde señala que les ha conocido en distintos momentos del pasado. Pronto empezarán los asesinatos.
197. Más allá del horizonte
Uno de los grandes dramas del norteamericano Eugene O’Neill (Nueva York, 1888-1953), Premio Nobel de Literatura en 1936. Andrew y Robert Mayo son dos hermanos que aman a la misma mujer. Finalmente, ésta opta por uno de ellos y el otro se embarca junto a su tío Scott. Pero, al cabo de los años, todos se dan cuenta de que deberían haber seguido su destino y no lo hicieron.
198. Ana Karenina
Otra magnífica novela de León Tolstoi (Yásnaya Poliana, 1828-1910). Como la ’Madame Bovary’ de Flaubert y ‘La Regenta’ de Clarín, su núcleo argumental es el adulterio. En la obra del ruso, la protagonista, casada con el poderoso Alekséi Karenin, abandona a éste y a su hijo para seguir a su amante, el conde Vronski. Al tiempo que esta trama principal, Tolstoi refleja la vida y costumbres de la sociedad rusa, que no sale muy bien parada.
199. El cuaderno dorado
Novela de la británica Doris Lessing (Kermanshah, 1919-2013), Premio Nobel de Literatura en 2007. A grandes rasgos, se trata de unas memorias de la escritora ficticia Anna Wulf redactadas en cuatro volúmenes que van a desembocar en un quinto: el cuaderno dorado, donde pretende atar los cabos sueltos. Escrita en forma original, contiene un poderoso mensaje feminista al tiempo que ataca al estalinismo y a la “Guerra Fría”.
200. El buen soldado Svejk
Ahora que conmemoramos el centenario del inicio de la Primera Guerra Mundial, viene muy al caso incluir esta novela satírica del checo Jaroslav Hasek (Praga, 1883-1923), probablemente la primera obra antibelicista de la Literatura. Ambientada en aquel conflicto, asistimos a las aventuras de este soldado cobardón respecto del que nunca queda del todo claro si es tonto o demasiado listo.
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#laberintosdeltiempo
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