Riaza, Maribel. La voz de los libros: Una historia de la lectura, desde los escribas hasta los audiolibros. Madrid: Ediciones B, 2024. https://www.goodreads.com/book/show/207629292-la-voz-de-los-libros
¿Por qué se leía en voz alta?¿Cuándo y por qué pasamos a hacerlo en silencio? ¿Tiene sentido leer en alto en el s.XXI? ¿Cómo han aprendido a leer las máquinas y cómo leeremos en el futuro?. Maribel Riaza intenta dar respuesta a todas estas preguntas en este libro ameno, divulgativo y lleno de curiosidades que nos lleva a conocer mejor cómo eran los lectores que nos han precedido y cómo se ha disfrutado de la literatura a través de este noble arte de leer.
¿Por qué se leía en voz alta?
La lectura en voz alta ha sido, durante gran parte de la historia, la forma predominante de acceder a los textos. En la Antigüedad y la Edad Media, esta práctica se justificaba por diversas razones. En primer lugar, los materiales de escritura eran costosos y escasos, ya que los libros eran manuscritos copiados a mano y reservados para unas pocas personas. Leer en voz alta permitía compartir el conocimiento con quienes no tenían acceso a los textos. Además, la estructura del lenguaje escrito en esa época hacía difícil la lectura silenciosa, pues muchos textos antiguos, como los manuscritos latinos y griegos, se escribían en scriptio continua (sin espacios entre palabras), lo que dificultaba la segmentación y comprensión del contenido. Por otro lado, la lectura en voz alta cumplía una función social y educativa en monasterios, cortes y universidades, donde se utilizaba para la enseñanza, la liturgia y la transmisión oral del conocimiento.
¿Cuándo y por qué pasamos a hacerlo en silencio?
El paso a la lectura silenciosa se produjo gradualmente, gracias a cambios en la disponibilidad de los textos y en su forma de escritura. En el siglo IV d.C., San Agustín describió con asombro cómo San Ambrosio leía en silencio, lo que indica que esta práctica era poco común en su época. En la Edad Media tardía, la incorporación de espacios entre palabras y signos de puntuación facilitó la lectura fluida y privada. Posteriormente, la invención de la imprenta de Gutenberg en el siglo XV multiplicó la disponibilidad de libros, lo que permitió la lectura individual. Ya en los siglos XVIII y XIX, con la expansión de la educación y el aumento de la alfabetización, la lectura silenciosa se convirtió en la norma en la mayoría de las sociedades occidentales.
¿Tiene sentido leer en alto en el s.XXI?
A pesar de la preeminencia de la lectura silenciosa en la actualidad, la lectura en voz alta sigue teniendo sentido en el siglo XXI. En el ámbito educativo, esta práctica mejora la comprensión lectora y ayuda a los niños a desarrollar vocabulario y habilidades lingüísticas. También es fundamental en disciplinas como la oratoria y la declamación, donde actores, políticos y conferenciantes practican la lectura en voz alta para mejorar su dicción y expresividad. Además, en términos de accesibilidad, las personas con dificultades visuales o dislexia se benefician de la lectura en voz alta a través de audiolibros y asistentes de voz.
¿Cómo han aprendido a leer las máquinas?
Las máquinas han aprendido a leer gracias a los avances en inteligencia artificial y procesamiento del lenguaje natural. El reconocimiento óptico de caracteres (OCR) permite a las computadoras interpretar textos en imágenes y digitalizarlos. La síntesis de voz (Text-to-Speech, TTS) convierte el texto escrito en habla, una tecnología utilizada en asistentes virtuales como Siri, Alexa o Google Assistant. Por otro lado, el procesamiento del lenguaje natural (PLN) ha permitido que herramientas como ChatGPT analicen y generen textos de manera similar a los humanos, facilitando la lectura automática y la generación de contenido.
¿Cómo leeremos en el futuro?
En el futuro, la forma en que leemos podría transformarse radicalmente. La realidad aumentada y los dispositivos hápticos podrían ofrecer una experiencia de lectura más inmersiva, proyectando textos en el entorno del lector. Asimismo, las interfaces cerebro-máquina podrían permitir la lectura sin necesidad de visualizar el texto, transmitiéndolo directamente al cerebro. Además, la inteligencia artificial personalizada podría adaptar la lectura a cada usuario, ajustando el contenido y la velocidad en función de sus necesidades.
A pesar de estos avances, es probable que la lectura en voz alta y en silencio sigan coexistiendo, cada una con su propósito y contexto. Mientras que la tecnología facilita nuevas formas de acceso al conocimiento, la tradición de la lectura en voz alta conserva su valor educativo, comunicativo y social en el mundo moderno.