Oyendo
la lluvia
te escribo...
Esencia
de viejos
idílios,
me atraen
instantes
tranquilos.
¿Te acuerdas?
el campo
florido
pintada
en tus ojos
benditos
alegres
estampas...
Los mios
se entraban
-¿te acuerdas?-
lo mismo
que soles,
en tu alma
de lirios...
Oyendo
la lluvia
te escribo...
Creí que
tu pecho
y el mío
serían
¡ por siempre!
divinos.
No. Fuiste
cobarde...
No. Vino
la vida
¡ la vida!
Fuí indigno.
Lo blanco
se vuelve
amarillo.
Lo sano
se torna
podrido...
Oyendo
la lluvia
te escribo...
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